CARTA

CARTA

lunes, 22 de agosto de 2016

LIBRO: LA PAREJA UN DELICADO EQUILIBRIO


ÍNDICE
1. El placer de compartir o la esclavitud de la monogamia
2. En torno a la felicidad
3. Los pilares de la pareja
4. Los roles y las estrategias
5. Tiempo y espacio en la relación de pareja
6. La pareja y los verbos
7. El amor y la pasión
8. Las escenas temidas
9. Los celos
10. Las reglas de juego de la monogamia
11. Una Tarea para el hogar
12. Características frecuentes en nuestro medio
13. La pareja homosexual
14. Una segunda oportunidad
15. La falta de pareja
16. La terapia de pareja
17. Apéndice Epílogo



En la actualidad, el autor, centra su labor profesional en torno a la terapia de las vicisitudes que conllevan los vínculos amorosos, incorporando en su metodología de trabajo su vasta experiencia a través de un enfoque singular y dinámico.

La pareja: un delicado equilibrio



PRÓLOGO:

En los comienzos de la década del sesenta, con mi flamante postgrado de médico psiquiatra y una aceptable formación psicoanalítica, iniciaba mi profesión como psicoterapeuta.

Quiso el azar, el destino, o quien lo gobierna, que las primeras consultas estuvieran referidas a la problemática de la pareja.

Me atrajo la complejidad y lo polifacético del tema, y a partir de entonces fui centrando mi tarea en el análisis de esta casi universal problemática.

Debí informarme, escuchar o leer a los que saben, ajustar permanentemente mi encuadre en las entrevistas, sumar a todo ello mis propias reflexiones e ir, a través de los años y de la práctica profesional, confeccionando un pequeño libreto ( o librito ) que en la actualidad me sirve  para acompañar a mis pacientes  en las cavilaciones en que los demoran la complejidad de sus amores.

La opinión  de algunos amigos, que me tildaron de egoísta por guardar este “librito” solo para mí, me llevó a pensar en la posibilidad de darlo a conocer.

Recién entonces caí en la cuenta de las dificultades que entrañaba la tarea, sobre todo si la pretensión es escribir un libro que a la hora del balance final pueda salvarse del fuego purificador; también surgió en mí la necesidad de disculparme con ciertos escritores por haber leído sus obras con alguna indolencia, sin reparar en el inspirado empeño que demandó su publicación. ( Nada mejor que intentar usar una pala, para comenzar a sentir respeto por quienes bien la manejan).

Quiero además advertir que estos escritos si bien facilitarán, espero, el poder corregir un rumbo equivocado (es decir realizar la prevención del conflicto), o ubicar el punto donde el mismo se encuentra ( es decir su diagnóstico ), no incluyen, más allá de algunos lineamientos generales, la resolución del mismo ( es decir su tratamiento ).

Por lo tanto “La pareja: un delicado equilibrio” no forma parte de esa legión de libros que tanto  contribuyeron a la prosperidad de sus escritores, y  que, con títulos  rimbombantes del tenor de “Cúrese a Ud. mismo” o “Ud. todo lo puede”, flaco favor le hicieron, en definitiva, a tantos desprevenidos lectores. Es que si bien es cierto que la posibilidad de realizar cambios que apunten a un crecimiento personal, en buena medida de nosotros depende, considero inadecuado fomentar la vanidosa presunción que nos lleve a  desdeñar la ayuda profesional adecuada para encausar y acompañar a nuestros saludables  intentos de transformación.

Bueno, después de disculpas y advertencias que creí necesarias, aquí está el libro.

Son un conjunto de reflexiones, sugerencias, líneas de pensamiento, ideas  y también de dudas, en torno al tema de la pareja.

En cuanto a la bibliografía, he prescindido de libros profesionales o técnicos sobre la materia, ya que me anima la intención que mis escritos sean lo menos “psicológicos” y “solemnes” posible, en cambio he recurrido a citas que provienen de la literatura universal, porque en ella he encontrado los relatos más humanos sobre los humanos amores.

Como el lector podrá inferir también consta en estas pocas páginas mi experiencia  personal, mis amores. Es imposible no involucrarse.

Me he casado, descasado, recasado, he tenido tres hijos. He sufrido el inmenso dolor de perder  a uno de ellos,  me sigue doliendo y sigo sin comprender, aún aceptando que la muerte física sea una transición; el desconcierto que genera la ausencia es atroz, “la verdadera muerte es el olvido” dice A. Machado, me aferro a esa sentencia y siento que Martín sigue viviendo en mi corazón y en mis permanentes recuerdos...

He conocido el halago y el desplante, la felicidad y el sufrimiento, el acierto y los errores, pero ante todo he preferido ser protagonista y no espectador en cuanto al amor se refiere...escribe J. L. Borges, y desde ya me adhiero a esa manera de sentir: “con las mujeres he vivido los momentos más felices y también los más desdichados de mi vida, he preferido ser feliz y desdichado a no ser ninguna de las dos cosas”.

De estas  variadas vertientes surgieron estas líneas. Sugieren,  creo yo, la necesidad de buscar entre ambos integrantes de una pareja reglas de juego que les pertenezcan  y los representen en sus afanes de un modo  libre y singular. Desechando las recetas universales.

Universal es el conflicto, singular su resolución.

Finalmente espero que el lector pueda reconocerse, encontrarse en este desorden y hallar en  alguna página un renglón que lo ayude a practicar un cambio favorable o a requerir la ayuda adecuada con el afán de hallar una salida, si es que la necesita.

Para todos aquellos que se afanan en dar y recibir amor, están dedicadas estas  páginas.

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